Tanto en la Academia de Platón
como en el Liceo de Aristóteles, se conjetura -no hay evidencias muy claras que
así fuese- que existían dos clases de conocimientos: el exotérico que era para
todo lector, y el esotérico conocimiento que se difundía internamente y solo para
algunos alumnos iniciados poseedores de otros conocimientos previos, sin los
cuales el conocimiento esotérico era incomprensible o mal interpretado.
En el Evangelio de San Mateo 5,13
16, se relata la parábola de Jesucristo donde se podría inferir una hostilidad del
cristianismo hacia lo esotérico. Según esta parábola todo el conocimiento debería
ser exotérico, es decir, para todos los hombres de buena voluntad. Jesus dice a
sus discípulos, Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar
una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para
meterla debajo del celemín, sino ponerla en el candelero y que alumbre a todos
en la casa.
En la sociedad de masas que
irrumpió a mediados del siglo diecinueve y veinte proliferaron las logias masónicas.
Fueron muy populares. En cada pueblo y ciudad de nuestro país reclutaron a
personas -casi exclusivamente varones- de distintas clases sociales, generando
una suerte de comunidad de influencias entre las clases adineradas y la clase
media que entonces irrumpía en la sociedad con fuerza. Una de sus premisas fue
el secretismo. Las Tenidas o ritos masónicos eran secretos o al menos reservados
para los iniciados y se ocultaban para todo público. El secretismo permitía a
sus miembros dar una sensación de pertenencia en exclusiva, de conocimientos y saberes
vedados a los no iniciados. A los masones de menor jerarquía intelectual
aquello les permitía labrarse una autoimagen de celebridad.
Por causa de su secretismo y
otras razones de muy larga explicación, se generó una hostilidad y enemistad
entre la masonería y la Iglesia Católica, cuyos ritos eran explícitamente públicos.
Se llamaba a ellos con una campana que todos podían escuchar. Pero también entre
católicos ha existido el secretismo en órdenes religiosas y como los jesuitas. En
nuestro siglo se han incrementado el sectarismo secretista en la iglesia que
pareciera transgredir la prescripción evangélica citada.
Uno de los efectos más visibles
de la irrupción del internet, es que se han abierto todas las bibliotecas del
mundo y se ha popularizado el saber humano, en un grado que es inédito
en la historia de la humanidad. Antonio Escohotado, un ensayista español difícil
de clasificar entre filósofo, antropólogo, científico; ha voceado en su
prolífica obra esta realidad que se nos vino encima: el que quiera conocer será
un sabio, sin necesidad de asistir a ninguna academia. Nadie puede impedir a
las personas de distintas edades, clases sociales, sexos y razas, con o sin
dinero, conocer las inconmensurables variables del hoy extenso conocimiento
acumulado por la humanidad.
Esto supone una grave afectación
a centros de poder que manejaron la información y el conocimiento en exclusiva,
suministrando los datos al vulgo, que les permitían entre otras cosas,
consolidar y sostener el poder que administraban. Esta realidad es un verdadero
tsunami que golpea como ariete todas las estructuras de poder del mundo. La burocracia
mundial, las universidades, la prensa propietaria de costoso capital para su
negocio, partidos políticos, las élites financieras, colegios
profesionales; se defienden espantados que este tsunami los arroje al baúl de
los trastos viejos. Surgen los defensores del purismo informativo, ridiculizando
de manera infantil, a quienes se informan acuciosamente a través de los medios
que proporciona la red. Lo esotérico pierde territorio y es inundado por lo
exotérico. Porque se rompió el ciclo existente desde la Academia de Platón
hasta hace pocos años atrás: Ya el conocimiento no va hacia las personas,
sino las personas van hacia el conocimiento. ¿Por qué este cambio tan
radical? Pues porque el internet lo ha hecho posible. Así de simple. Incluso la
prescripción evangélica de Mateo 5, 13 16 como mandato pierde algo de sentido,
porque La luz del mundo no hay como ocultarla. No hay celemín. Destruir la red es muy difícil.
Por este fenómeno resultan
ridículas y ñoñas las declaraciones de Gabriel Boric hechas a CNN respecto que no
puedes ir más rápido que tu pueblo, y estoy muy orgulloso de lo que estamos haciendo en Chile porque somos
una nueva generación con nuevas ideas. Lo retratan como un esotérico miembro de
una logia de pueblo chico del siglo diecinueve.
Tus ideas Gabriel, TODOS sabemos que no son nuevas. Basta googlearlas
en el celular para darse cuenta de que son de 1968 y han fracasado. Tu pretensión
de hacernos saber que vas mas rápido, TODOS sabemos que son fruto de tu
narcisismo nacido de tu incapacidad para enfrentar el mundo. TODOS sabemos que has
tenido fracasos y eso te lleva a tener una perspectiva algo patética de tu instalación
en el mundo. ¿Por qué soy insolente contigo? Pues porque has sido insolente con
el pueblo de Chile, tildándonos de atrasados. Gabriel; vives en la
sociedad del conocimiento. Las aposturas y amaneramientos para aparecer como un iluminado te
hacen aun más ridículo. Llegaste a la presidencia de la república por un
accidente estelar. Enfrentaste a candidatos en primarias y en segunda vuelta,
lo suficientemente impopulares para que los electores te votaran como mal menor.
Fue un accidente. No trates de aparentar lo que no eres. Todos se dan cuenta de tu
manifiesta incapacidad. Con humildad puedes zafar y terminar tu período. Si sigues
con tu voluntarismo ridículo y nerd, terminarás saturando al electorado y
humillado.
Lo de Mario Desbordes es aún más ridículo. En una entrevista dada a un
canal de muy poca audiencia, vi en youtuve un video que después fue bajado seguramente
por el repudio de que fueron objeto sus expresiones; el ponderado Desbordes fustigó a
Teresa Marinovic y a todos quienes desinformamos sobre la espléndida
agenda 2030. Dijo que estamos cayendo en los mismos vicios del presidente
Bolsonaro, de informar a través de Whatsapp (¡!); que somos de la misma clase
de los que desinformamos sobre los efectos letales de las vacunas, y nos
niveló con los terraplanistas.
Marito; ya no estás en una logia de barrio donde puedes asustar a los
aprendices con trucos dialécticos. De nada vale que uses el teléfono para que bajen
tus lamentables exabruptos dichos con tu mejor talante de hombre ponderado y
tolerante. Ya fueron difundidas, no a los cuatro gatos que ven tu canal amigo,
sino a ese gran público que no te cree y que no entiendes. Vivimos en una
sociedad a la cual aun no te adaptas: la sociedad de la información. No eres
poseedor de información esotérica a la cual nosotros los vulgares que no
pertenecemos a tu logia, no tengamos acceso. No Mario. Ese mundo se acabó. Apareces
como un nerd frente a un electorado joven. No vas a ganar nada. Ni influencias
ni prestigio dándole en el gusto a los poderosos del mundo. Tu rol de traductor
del arcano esotérico está pasado de moda. Créeme.
octubre de 2022
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