Leo en Economía y Negocios de El Mercurio del día 28/9/22 la siguiente noticia “Meta de descarbonización a 2024 se supera con salida de dos centrales esta semana”. Salen de la oferta eléctrica dos centrales más. Este “gran logro” del gobierno de Boric fue el fruto de un ejercicio que ha demandado enorme esfuerzo: apagaron los interruptores. Con este gran esfuerzo los chilenos perdemos 1.135 mega watt de potencia instalada y efectiva a disposición de los hogares y empresas chilenas, de los 5.281 que disponíamos. Una gran meta. Ayudaremos al planeta.
Pero sucede que ese mismo día, el cuerpo de noticias
internacionales nos informa que el gasoducto Nord Stream ha sido víctima de un
sabotaje que impedirá la provisión de gas a Europa, y que la consecuencia de
esta interrupción significará que el gas en el mercado internacional subirá entre
el 15 y el 25%, continúe o no la guerra de Rusia con Ucrania. Dice la prensa
que no se sabe quién cometió este acto terrorista; si fue Rusia o EEUU, lo que
es completamente indiferente porque a ambos son exportadores netos de gas
natural, que se verán beneficiados por igual. Todos los que no producen gas
natural, serán más pobres y los que lo producen más ricos.
Volviendo a nuestro país de “cerebros” voy a sintetizar como
se llegó a esta genialidad de destruir el capital de la economía chilena
sacando de circulación el 20% de la capacidad de producir energía.
1. Circula la tesis dominante que el
clima se está calentando en todo el planeta. ¿Verdadero o falso? No hay
evidencia científica que el clima se esté calentando porque no hay capacidad
para medir globalmente un fenómeno de esa naturaleza. Lo que relata la prensa y
la TV con gente refrescándose en las plazas es eso: un relato, sin correlato
empírico.
2. El supuesto calentamiento global
sería por causas antropogénicas, es decir lo causaría el hombre desde los
albores de la revolución industrial. La quema de hidrocarburos produciría un
exceso de dióxido de carbono en la atmósfera que actuaría como un invernadero
impidiendo la liberación de calor desde la corteza y asándonos como pollos al
horno. ¿Verdadero o falso? Falso. Por las siguientes razones:
a. El dióxido de carbono es un gas incapaz
de producir un efecto planetario porque su densidad es ínfima.
b. La proporción del dióxido
antropogénico, es decir generada por acción del hombre, es ínfima respecto de
todo el dióxido de carbono presente en la atmósfera. Por ejemplo, el estallido
de los Volcanes Hudson, Chaitén y Calbuco en menos de diez años solo en Chile, produjo
más dióxido de carbono que el hombre desde los albores de la era industrial.
c. La presencia de ese gas en la atmósfera
es esencial para la vida del planeta. Sin él desaparecería el reino vegetal y
por consecuencia el hombre.
3. Los principales liberadores de
dióxido de carbono a la atmósfera no participan del acuerdo de reducir las emisiones.
Uno de ellos es China, que sigue construyendo centrales térmicas a gas y a
carbón a gran velocidad. Según dan cuenta las mismas autoridades chinas, los
últimos tres años se ha incrementado anualmente la potencia instalada en China cinco
veces la potencia instalada total de Chile. Es decir, en tres años han entrado
en operación en China más de quince mil mega watt que liberan dióxido de
carbono a la atmósfera.
4. La “cooperación” de Chile a la
supuesta mitigación del supuesto calentamiento global es pues completa y
absolutamente inútil al fin declarado.
En cualquier caso, las centrales a gas y a carbón producen dióxido
de carbono por igual. Cabe preguntarse ¿por qué no apagamos mejor las centrales
de gas que sale más caro? Porque las de carbón son más contaminantes de otros
gases, responden los expertos. ¿Pero el objetivo no era solo el dióxido de
carbono? Es que resulta más cool la palabra “descarbonizar” porque el carbón es
negro y tizna. Cabe destacar que las centrales a carbón de última generación
casi no contaminan porque disponen de filtros que liberan las emisiones de
sulfuros que en los años 50 y 60 causaban desastres ecológicos en Puchuncaví en
Chile o en la cuenca del Rühr en Alemania.
Ah, se me olvidaba la otra gigante mentira: reemplazaremos la
generación por las energías renovables no convencionales. Esta no es ya una
mentira, es un fraude. Las famosas ERNC, no son no-renovables (los equipos que
las generan tienen una depreciación aceleradísima); jamás podrán suplir a las mega
centrales hidroeléctricas y termoeléctricas porque jamás aseguran la provisión
de energía. Tienen potencia instalada que siempre será inferior a la potencia
disponible. Con el transcurrir de tres a cinco años se podrá saber cuál fue su
aporte real al sistema interconectado, pero jamás podremos depender de esa
tecnología en exclusiva.
La agenda de renovación energética la impuso las naciones
unidas. Se habló de descarbonizar y no de desmontar la termoelectricidad en
general, porque el carbón es barato y no afecta a los mega millonarios que manejan
el mercado mundial del gas. Los productores de carbón en el mundo están
dispersos y carecen de voz potente. Los de gas son pocos y roncan. Así de
simple.
Entonces nuestro presidente capitán planeta, quiere ser un Greta
Thumberg 2.0. Para eso adelanta la descarbonización y le regala al mundo dos
años de higiene ambiental. Pero supera a la adolescente torva y mal agestada
porque ha efectuado un logro notable: juntar la mentira -calentamiento global,
antropogénico, generado con los hidrocarburos y principalmente por el carbón- con
la estupidez -hacer la matriz eléctrica dependiente exclusivamente de la provisión
de gas natural, justo en la fecha en que ese insumo inexistente en nuestro país
se hará al menos 20% más caro.
Con Piñera sufrimos la destrucción de la autarquía eléctrica cuando
saboteo ilegalmente junto a su ministro Longueira el proyecto Hidroaysén. Pero
su sucesor Boric lo está superando ampliamente porque sus logros como Capitán
Planeta nos dejarán con un precio de la energía que significará pobreza y
dependencia.