miércoles, 12 de noviembre de 2014

SI ME SACAS DEL POZO TE PERDONO LA VIDA

SI ME SACAS DEL POZO TE PERDONO LA VIDA

Cuando se es minoría, hay distintas formas de conquistar la voluntad popular y transformarse en mayoría.

Uno es el camino de la violencia y del aniquilamiento físico de quien no piensa o actúa según tu voluntad. Así lo hizo Lenin el año 1917 quien astutamente con el bluf de autodenominarse “bolchevique”; en ruso, “miembro de la mayoría”; aniquiló a la verdadera mayoría que era, quienes pensaban distinto a él. Su “éxito” fue coronado con más de cincuenta millones de muertos causados por él y sus correligionarios sucesores, en una de las tragedias más horribles que conoce la historia humana.

Otra forma de transmutarse de minoría en mayoría, es expresar de manera reflexiva las ideas que ilustran razón, y expresar sentimientos de manera atractiva. Cabe entonces la posibilidad que los receptores de esas verdades y sentimientos, libremente adhieran a ellos por razón y emoción; y la minoría entonces pasará a ser mayoría.

Naturalmente existen procedimientos intermedios entre estos dos métodos puros. Algo así como una mezcla entre zanahoria y garrote. Pero tengo la impresión que son menos eficientes que los métodos puros descritos.

Una panacea es un remedio para cualquier mal. Hoy hay quienes levantan la voz para pedir exigir una nueva panacea para los males del Chile: la “Asamblea Constituyente”.

Ortega y Gasset hacía presente que la sociedad moderna produce un tipo de hombre que no quiere dar razones ni quiere tener razón, sino que sencillamente se muestra resuelto a imponer sus opiniones. Se encuentra con "ideas" dentro de sí, pero carece de la función de idear. Sus "ideas" no son efectivamente sino apetitos con palabras.

Algo muy cercano a aquello supone la defensa de La Asamblea Constituyente, como solución para “cambiar Chile”. No se dan razones del por qué sería la causa de la solución de los problemas. Simplemente se expresa el deseo de que así ocurra.

La metodología de los defensores de esta iniciativa da cuenta de un elitismo intelectual donde “las masas” aún no están preparadas para saber el “por qué” de la asamblea constituyente. Hay que “sensibilizarlas” para que actuando como hombre masa “exijan” este procedimiento tan trascendental para el destino de la Nación. Lo singular de sus defensores que, siendo minoría, no respetan a las mayorías. Es de imaginar que si llegasen a ser mayoría, menos respetarán a las minorías. Ese irrespeto es explícito: La Constitución tiene un procedimiento de modificación a través de mayorías; Las mayorías son “amarres” en el decálogo de sus defensores. No se puede esperar ser mayoría; se debe irrumpir como minoría para cambiar la sociedad.

Se cuenta que Gonzalo Fernandez de Córdova, que fue Gran Capitán (algo así como comandante en Jefe) de los Tercios españoles en la guerra de Flandes, y siendo en ese momento uno de los hombres más poderosos del mundo, al acercarse a un pozo para saciar la sed se percató que había un soldado borracho al que sus camaradas por gastarle una broma, le habían tirado al pozo. Fue entonces cuando el soldado aun influido por los sopores del alcohol, le grito a quien asomaba su rostro por el pozo “sácame del pozo y te perdonaré la vida”.

Usted señor ciudadano con derecho a voto, es como Fernandez de Córdova: Poderoso. Pero solo sí ejerce sus deberes ciudadanos. Es decir, solo si concurre a votar en el contexto de la democracia versión 2.0; esto es con el voto voluntario. Si no concurre, después no se queje que el borrachito del fondo del pozo, no le perdonó la vida.

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