miércoles, 12 de noviembre de 2014

IGUALITARISMO, INDIGNACION Y ENVIDIA


IGUALITARISMO, INDIGNACION Y ENVIDIA

Eurípides, poeta griego del siglo quinto antes de Cristo, hace una apología de la clase media en su obra Suplicantes, señalando: “Hay tres clases de ciudadanos: los potentados, que son inútiles y siempre deseosos de poseer más; los que carecen de medios de subsistencia que son terribles y, entregándose a la envidia la mayor parte de su vida, clavan sus aguijones en los ricos, engañados por las lenguas de malvados demagogos. De las tres clases, la de en medio  es la que salva a las ciudades, pues guarda el orden que imponen los Estados.”

Como se ve, nada nuevo bajo el sol. Eurípides ya los tenía “rochados” a nuestros ricos. En Chile los ricos no se interesan por el pensamiento. No tienen tiempo. Están muy ocupados en el “mundo real” de los negocios. Cuando un hijo les dice que quiere ser sacerdote, profesor primario o filósofo, se viven verdaderas tragedias familiares. “Pero este niño tiene que estudiar algo útil por Dios”. La actual clase adinerada en Chile prosperó desde la condición de arruinados el año 1973 a opulentos en 30 años, gracias al fin del caos demagógico a que había llevado al País la clase política. Desde el año 1945, todos (derecho centro y derecha) sometieron a Chile a la tensión de todo tipo de experimentos y recetas fracasadas que sus autores esconden hoy con malabarismos idiomáticos de toda especie. El pragmatismo y realismo del gobierno de las fuerzas armadas que heredó y ejecutó la concertación, es la verdadera bofetada en el rostro de nuestros diletantes ideólogos que llevaron al caos integral al país el año 73. Y no me refiero solamente a la UP. Izquierdistas y derechistas están de acuerdo con tapar la verdadera historia, con toneladas de críticas por violaciones a los derechos humanos, cuyas causas reales no interesan. Pareciera que de pronto y sin causa alguna, perversos militares de puro malos que son, se pusieron a violar los derechos humanos de pobres víctimas. Varios de los hombres más ricos de Chile son dueños de los medios de comunicación masivos que dan cobertura a esta “orquesta”. Uno de ellos fue Presidente de la República quien ya nos tiene acostumbrados a sus imprecisiones lingüísticas, condena a los “cómplices pasivos” de las violaciones a los derechos humanos, siempre indefinidas,  siempre en beneficio de la izquierda, y jamás en beneficio de los agredidos por la izquierda.

¿Quién defiende la implacable y silente verdad derivada de los factores que generaron el golpe militar? No hay tiempo viejito… dicen los ricos. Mientras la macroeconomía siga en su lugar, que la verdad sea manipulada es hasta buen negocio.

Los pensadores franceses neo marxistas Althusser y Derrida han brindado la receta: El idioma debe ser usado para demoler la sociedad (deconstrucción es su consigna). Ya no hacen falta aquello de “pueblo conciencia y fusil”. Tradiciones, valores, creencias; todo debe saltar en pedazos. ¿Cómo? Con el idioma suficientemente deformado. Palabras, carentes de significado real y cargadas de emociones imprecisas deben ser usadas como espadas al servicio de la revolución (o de la deconstrucción).

Doy un ejemplo de ella: Combate a la desigualdad. Las “lenguas malvadas de los demagogos” que nos habla Eurípides cargan de sentimientos y emociones un concepto que nadie ha definido. La izquierda dice “El sistema genera desigualdades; Las desigualdades son malas; ergo el sistema debe ser reemplazado”. ¿Qué es “el sistema”? ¿Aquello que posibilita que hallan talentosos y no talentosos; esforzados y no esforzados? cri cri cri … nadie contesta. La derecha contesta; la solución: “mayor educación”. ¿Educar qué? ¿Instruir como pegarle a un clavo con un martillo? ¿Cómo construir una bomba atómica? ¿Cómo amar al prójimo? ¿Cómo ser justo, prudente, empático, honrado? cri cri cri nadie contesta. Y cuando digo nadie; nadie.

Cuando Pedro Aguirre Cerda decía “gobernar es educar”, sabía lo que decía. Medio Chile existe hoy gracias a la educación normalista formadora de valores. Cuando nuestra actual clase dirigentes dice; educar, nadie precisa lo que están diciendo. La derecha porque está contaminada de pragmatismo economicista; la izquierda porque está contaminada de ideologías vacías y equivocadas.

Somos pues víctimas de un cúmulo de medias verdades o medias falsedades que hoy cuesta refutar por culpa de la dictadura de lo “políticamente correcto” en que todos nuestros líderes de opinión deben enfrentar las verdades que nos acosan, dando rodeos y pisando huevos. Nadie quiere pagar su honestidad intelectual a lo Sócrates, tomando cicuta. La “brillante” intervención del ex Presidente sobre los “cómplices pasivos” debería extrapolarse a quienes con su inmenso poder económico participan de esta orquestada demolición de la inteligencia nacional. Son estos los verdaderos cómplices pasivos. Lenin decía que la burguesía le vendería la cuerda con que la ahorcaría. Estos genios del mega poder económico, ni siquiera la venden: ¡la regalan!

Y que hacen los desposeídos que no son dueños y señores de sí mismos: son pasto de la demagogia que nos habla Eurípides. Se hizo célebre en España a consecuencia de la crisis económica de la madre patria, el movimiento de los indignados. El paisano de Eurípides, don Aristóteles, nos hace la diferencia en su “Ética Nicómaco” entre indignados y envidiosos. “El indignado es el que se aflige de la prosperidad de los que no la merecen, el envidioso de la de todos”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario