sábado, 20 de marzo de 2021

LAVIN EL SOCIALDEMOCRATA

 

Joaquín Lavin fue designado alcalde por acto de sucesión directa, como delfín del ex de Las Condes De la Maza sin que la soberanía popular tuviese arte ni parte. Resolvió en su gobierno, sin preguntarle a sus tímidos habitantes, transformar Las Condes desde una comuna de hombre libres en una de hombres obedientes e igualitarios.

Aprovechándose de los impuestos de sus bobos y pasivos habitantes, Joaco ha desarrollado su gobierno local de la comuna más rica de Chile, lo que debería ser un reflejo de su pretendido gobierno nacional (que desafortunadamente no es tan rico). Su premisa ha sido la misma del líder de la novela 1984: exhibir su rostro sonriente de escolar bien portado, en todas las pantallas visibles, a toda hora y hasta en los servicios higiénicos municipales. Se exhibe él en videos moviendo sus manos dando ideas simples pero empáticas, como mojar las calles para que no haya smog[1]. La preferencia de Joaquín es cuidar de sus súbditos desde la cuna hasta la tumba, señalándoles imperativamente por donde deben circular, en que vehículos deben circular -bicicletas o nada es su lema-, a qué horas deben circular, en que sentidos lo deben hacer y cuanto deben demorarse desde un punto a otro de la comuna. Drones y cámaras deben hacer un seguimiento de los ciudadanos para que el municipio los controle por su bien. Para proteger su salud les ha prohibido terminantemente fumar en cualquier espacio público recreativo de la comuna. Comisarios del municipio fiscalizan el comportamiento ciudadano multando a los desobedientes. Su prurito es la igualdad. Él ha hecho un descubrimiento sorprendente: la libertad de las personas para elegir un barrio donde viva gente de sus mismas costumbres, es algo que debe combatirse en aras de la igualdad. Él con dinero de los mismos bobos habitantes de Las Condes, construirá condominios transversales donde él escogerá a dedo nuevos habitantes, “de distinto perfil” de los que viven en la comuna, para nivelar a todo el mundo y convencerlos que ellos no deben escoger donde vivir por cuanto eso en definitiva no los hace felices. Su idea ya había sido ejecutada en el gobierno de Salvador Allende que hizo la población San Luis al estilo de la fenecida República democrática alemana, para meterle a los barrios momios (así se motejaba a los hombres libres de entonces) gente de costumbres distintas para nivelarlos a las costumbres de los recién llegados. Desafortunadamente vino “la dictadura” y hecho todo a perder: indujo el desarrollo económico que construyó el barrio comercial más espectacular de Latinoamérica dando al traste con la población igualitaria del antecesor en la idea de Lavín. Los restos de esa obra de arte allendista (cubos de hormigón mal compactado) se conservan por decisión de quienes retiraron el monumento de Baquedano, como si se tratara de la columna de Trajano en Roma.

Pero la propuesta socialista de Lavin es mucho más ambiciosa que la del finado Allende; nada de dictaduras del proletariado. Este es un socialismo de nuevo cuño: transformar a la población, al espacio urbano y al país, en un gigantesco jardín infantil de adultos niños, obedientes y alegres. Las calles y veredas son pintadas de distintos colores, las veredas te indican imperativamente por donde debes circular y en qué sentido, en la gráfica municipal de la campaña del coronavirus aparecen unos virusitos que se comen a los desobedientes que no se vacunan. Donde van bicicletas dibujitos de bicicletas; si eres gay, para que no te sientas discriminado, los semáforos te darán luces que reflejan a otro gay como tú. Si eres un imbécil que anda leyendo el celular y vas a cruzar la calle enfrentando luz roja sin advertirlo, no te preocupes, Joaco vela por los imbéciles y te muestra la luz roja en el piso. Es un líder que te protege y no discrimina. Su lema: “Seremos más pobres, pero más felices”; Cantaremos; la colación/ que rica está/ la comeremos hasta el final/ hay que crecer/ hay que engordar/ el cuerpo sano/ debes lograr.

¿Pero no es este Lavin el que escribió el libro la Revolución Silenciosa donde habla de los valores de una sociedad de hombres libres, de la responsabilidad personal, de ser gestor de tu propia vida y responsable de la consecuencia de tus actos? Es verdad, pero eso sucedió “en dictadura” cuando los muestreos de opinión le indicaban que la mayoría amaba la libertad. Ahora sus antenitas de vinil le indican que los tiros van por la demanda de seguridad socialista y no libertad. Hay que darse una vuelta de carnero entonces, y promover el socialismo si quieres seguir flotando como un corcho.

Pero la verdad es harto distinta y tus antenitas de vinil te han traicionado Joaco: Los habitantes de Las Condes son los mismos “fachos” que aman la libertad y los que votan a la derecha en todo el país igual. Lo que pasa es que tu secuestraste los impuestos de Las Condes para armar un tongo marketero donde el único ganancioso eres tú, que pretende saltar desde el trampolín de Las Condes a la primera magistratura de la nación. Confiésalo: tu obsesión.

No obstante que con tus amigos e hijos armaste la empresa de encuestaje que te muestra falsamente en el primer lugar de las preferencias presidenciales y falsamente en el segundo a tu contendor ideal, el comunista de recoleta - el mismo suscriptor del contrato de luminarias por secretaría que todos saben por qué – los tongos Joaco, no pueden mantenerse ad eternum. Tu sueño obsesivo de verse terciado con la tricolor no podrá materializarse; menos después del numerito que se ha mandado tu amigo Sebas. No todo es marketing Joaco. La libertad existe. Y tú república socialista de drones, caritas felices y bobos obedientes, nunca llegará a materializarse.

marzo de 2021



[1] Se gastan cientos de millones de pesos de los contribuyentes en algo que no sirve para nada, pero los vecinos te ven haciendo cosas y eso apunta en las encuestas

lunes, 15 de marzo de 2021

EL RETIRO DEL MONUMENTO DE BAQUEDANO

 Un monumento es una ofrenda votiva. La palabra viene del latín y se refiere a estacionar en la memoria colectiva un hecho del pasado que le da coherencia a la colectividad humana que representa. La ofrenda que sus hijos honrados erigieron al General Baquedano, ha sido cobardemente retirada por el gobierno, el más cobarde de la historia de la república; y para peor, con la anuencia y a petición de su ejército. El mismo ejercito que Baquedano condujo en Campos de la Alianza hacia la victoria; y siendo todo adversidad, conquistó la victoria a bayoneta calada.

Todos quienes hayamos estudiado críticamente la historia de la emancipación americana, sabemos que las guerras para independizarnos políticamente del declinante imperio español, fueron guerras civiles entre hermanos. Se enfrentaron ambos bandos compuestos por personas de la misma raza, la misma religión, la misma idiosincrasia, y la misma lengua. Muy distinto a la independencia de Argelia, de la India o de Filipinas, donde existió una nación consolidada históricamente antes de la dominación foránea, que se “emancipó” luego de la expulsión de los colonialistas. La identidad nacional chilena se comenzó a forjar desde la independencia en adelante. No existió antes.

La geografía nos ha ayudado a forjar esa identidad. Nos ha dado un carácter singular. Pero aquello no es suficiente. La conservación de la memoria histórica en estos cortos 200 años resulta pues imprescindible para seguir forjando esa identidad y conservando la que existe.

Cuando la televisión martillea los cerebros de los pobres televidentes con las imágenes de rufianes destruyendo la propiedad pública y privada, sin un objetivo explícito, el ángel malo nos tienta… ¿valdrá la pena la conservación de esta memoria? ¿Valdrá la pena identificar y promover la chilenidad cuando esos individuos despreciables, sin honor y perversos – que pareciera ser son también chilenos – destruyen lo que a la gente de trabajo le ha costado una vida construir, y para colmo, sin ninguna razón?

En los tiempos que corren muchos chilenos tienen un patrimonio superior a los 80 mil dólares. Con las maravillas de la técnica esos chilenos con ese patrimonio podrían forjarse otro país de residencia. Irse o quedarse; he ahí el dilema. No sé si fue Riesco, Barros Borgoño o alguien de esa época, el que propuso en sorna: cambio país llamado Chile por un país pequeño y plano, de preferencia cerca de París. Sin rufianes que incendien impunemente, sin gobernantes cobardes y prevaricadores. Sin un ejército que acepta la derrota para no meterse en problemas. País donde podríamos estar … tranquilos.

Cuando no se ha reflexionado bastante, se cree que la vida ideal fuera una existencia exenta de angustias y problemas, un puro flotar en un ámbito etéreo, poblado solo de caricias. En este sentido decía Mérimée[1] que la felicidad es como un deseo de dormir. Pero esto es un grave error. Nuestro organismo no funcionará si el medio en torno no lo excitase e irritase. Toda función vital es la respuesta a una excitación; a una herida que el contorno nos hace. La ausencia de presiones, de problemas, apagaría nuestra vida, porque nuestro vivir es un constante aceptar heridas y un responder enérgico a esta benéfica vulneración. Ni un individuo ni un pueblo puede vivir sin problemas: al contrario, todo individuo, todo pueblo vive precisamente de sus problemas, de sus destinos. La vida histórica es una permanente creación, no es un tesoro que nos viene de regalo. Para crear hay que mantenerse perpetuamente en entrenamiento. Y conviene recordar que la palabra entrenamiento no es sino la traducción del vocablo askesis, ascetismo, que usaban los griegos en los juegos atléticos y con el cual denominaban al régimen de difíciles ejercicios a que se sometían para mantenerse «en forma» los deportistas. Los místicos de la Edad Media tomaron este vocablo del deporte y la vida pagana, y lo aplicaron a la actividad del hombre que, mediante un constante ejercicio, procura mantenerse en estado de gracia, para hallarse en forma y lograr la beatitud. Pues bien, este ascetismo, este constante entrenamiento es el único capaz de hacernos crear. Hay que mantenerse en un constante entrenamiento; pero no basta para sostenerlo la buena voluntad. Es preciso que las circunstancias constantemente nos inciten; un pueblo no se pone en pie y logra disciplinarse simplemente porque alguien, un buen día, se lo quiera sugerir, sino que, por el contrario, tiene que sentir a toda hora en su carne multitudinaria el aguijón de los problemas nacionales, el espolazo de su destino. Y no hay destino tan desfavorable que no podamos fertilizar aceptándolo con jovialidad y decisión. De él, de su áspero roce, de su ineludible angustia sacan los pueblos la capacidad para las grandes verdades históricas. No se dude de ello: en el dolor nos hacemos y en el placer nos gastamos.

El párrafo precedente en letra cursiva, es el de un discurso de José Ortega y Gasset pronunciado en el hemiciclo de la Cámara de Diputados de Chile el año 1928, quien termina su alocución expresando: Así es como sentiría yo, si fuese chileno, la desventura que en estos días renueva trágicamente una de las facciones más dolorosas de vuestro destino. Porque tiene este Chile florido algo de Sísifo, ya que como él vive junto a una alta serranía y, como él, parece condenado a que se le venga abajo cien veces lo que con su esfuerzo cien veces elevó.

 

Marzo de 2021


[1] Prosper Marimée; escritor francés autor de Carmen, novela que daría lugar a la ópera del mismo nombre.

PAULA NARVAEZ; LA PRINCESA LEIA DEL GLOBALISMO

 


La Princesa Leia es hija del luminoso Anakin Skywalker, quien al caer en el lado oscuro de la fuerza muta en el siniestro Darth Vader. Nuestra Paula Narvaez no tendrá ancestros sanguíneos nobiliarios astrales, pero tiene vinculaciones espiritualmente endogámicas con los actuales gobernantes imperiales globalistas. Es hija política de la Luminosa ministra de la concertación, la célebre doctora en medicina y tanquista, ministra del glorioso gobierno de nuestro Anakin; Ricardo Lagos Escobar Ello cuando la izquierda socialista vivía su época aurea. Luego de su desastroso legado como presidenta, la madre política de doña Paula se transmuto en una Darth Vader femenina y articula desde su poderoso trono burocrático, como arrastrar al pobre Chile a las tinieblas de la fuerza obscura. Con su todopoderoso dedo, ha impuesto el nombre de nuestra Leia como candidata a la presidencia a los atribulados socialistas que ven con temor desairar su impetuoso rayo.

Intelectuales de la talla de Carlos Peña exultaron su alegría cuando el dedo de madame se posó sobre los socialistas que escucharon la potente voz que les dijo: “esta es mi hija bienamada; deberán obedecer aunque duela”. Se acabo el bochinche. Todos alinearse tras nuestra Leia; que además es buenamoza, así que ¡basta!

¿Estará nuestra princesa del lado luminoso u obscuro de la fuerza? Útil para responder a esa pregunta son las entrevistas que provee generosa y gentilmente El Mercurio cuyo fotógrafo beneficia a la candidata con su mejor perfil vestida con  tenidas de modistos internacionales. No importa que apunte en las encuestas tanto como Desbordes. El Mercurio abre sus puertas ante el dedo impetuoso de madame. Le pregunta tímidamente el periodista del Decano; ¿El llamado del PC a rodear la Convención Constituyente aporta al nuevo espíritu democrático o alimenta la violencia? Responde nuestra princesa; No voy a calificar intenciones. Sería injusto. ¡Brillante! ¡Ajustado! Podría contestar; Colo Colo es mi equipo preferido, o, prefiero los helados de chocolate; y lo calificaríamos igual. El periodista le queda claro que no puede contrainterrogar a una respuesta tan clara y atingente a la pregunta. Ofendería hasta a madame si lo hiciera. Aunque el desatinado sigue con las insolentes preguntas complejas: Sectores de izquierda defienden la violencia como medio legítimo para hacer avanzar ¿Qué piensa al respecto? Otra lúcida respuesta digna de la novela Desde El jardín: No me queda claro que alguien haga eso… ¡Que respuesta más brillante!! La realidad no le queda clara y por consecuencia no hay respuesta o no hay realidad. El periodista ya es todo terror. Preguntar ¿qué no le queda claro? sería una provocación y una ofensa a una mujer, lo que podría hacer moverse de su trono a madame en su defensa y acusarlo ante el director del diario de ofender y discriminar. ¿Hasta cuando los políticos de izquierda y el periodismo ofenden la inteligencia nacional? El rastrerismo periodístico clama al cielo. Respuestas bobas y condescendencia periodística para no rasguñar a la que viene descendiendo de las alturas y es la preferida del olimpo de la burocracia mundialista. ¿Dónde quedó el celo periodístico, el escrutinio de quienes pretenden la jefatura de estado? No. Si vienen recomendados, guante blanco con ellos.

Confirmado; nuestra princesa Leia se encuentra en lado oscuro de la fuerza a cargo de su Dark Vader femenina.

 

jueves, 11 de marzo de 2021

FEMINISMO Y OTROS VICTIMISMOS

 

Somos lanzados a la existencia por un designio de alguien que no somos nosotros. Nadie pidió nacer. A diferencia de los tiburones y de las esponjas, nacemos en el seno de una mujer. A diferencia de la mayoría de los mamíferos, nuestro desarrollo a los nueve meses de gestación es sumamente precario e incompleto. Muchas madres mamíferas deben esforzarse para que su prole sobreviva, pero en el caso de la mujer aquello es muchísimo más rudo. El bípedo con una enorme cabeza que ha parido es de tal modo incapaz de valerse por sí mismo, que debe esa madre esforzarse largos meses para que luego de tres años o más, pueda su fruto tener algunas conductas autovalentes. A diferencia se sus compañeras de existencia mamíferas, ella deberá además velar largos años para que esta precaria criatura sea efectivamente autovalente. En resumen: sin que nadie nos haya consultado nuestra opinión vemos la luz y respiramos, y nuestra vida inicialmente – y por un largo período de tiempo - depende del cumplimiento de una obligación de un tercero que por lo general es el mismo ser humano que nos parió.

La naturaleza nos condiciona a la circunstancia descrita y esta celular comunidad madre hijo, para que el género humano prospere y se expanda como lo ha hecho en la faz de la tierra, se debe replicar en una comunidad algo mayor y más compleja: la familia nuclear. El macho, al igual que en otras especies, pero con obligaciones mucho más severas y extensas en el tiempo, debe velar que esa pareja básica de madre e hijo pueda sobrevivir proveyendo lo necesario para su existencia. Así pues, nació la institución jurídica de la familia; de una obligación natural, condición de posibilidad de la vida de la criatura y de la madre, se formuló la obligación jurídica. Algo menos relevante que la obligación de la madre, la del padre o del pater familia, es la condición de posibilidad de la prosperidad y mejor desarrollo de esa criatura parida por esa madre atareada en su sobrevivencia.

A mayor complejidad, para que esa criatura, esa mujer y ese macho proveedor, pudiesen efectuar las acciones necesarias para su subsistencia y prosperidad, los otros machos y núcleos familiares debieron abstenerse de robar sus alimentos y bienes, matar a la criatura y saciar su apetito sexual en la hembra que está concentrada en que ese crio sobreviva. Nace pues la comunidad que llamamos sociedad, cruzada por obligaciones jurídicas de respeto a esos bienes de cada núcleo familiar.

Esta esquemática y fragmentaria genealogía de la sociedad no resultaría fácil de refutarla si viviésemos en un estado de naturaleza, es decir una condición primigenia de total y absoluta ausencia de las cosas, aparatos, instituciones y facilidades en general, que el hombre se ha proveído a través de la historia en forma acumulativa, y que hoy nos acompañan al punto de pasar por alto y hasta olvidarnos lo que nativamente somos. En pocas palabras; si no existiese la técnica nuestra representación del mundo sería otra, mucho más cercana a la genealogía descrita en los párrafos precedentes.

La palabra enajenación en una de sus acepciones significa distracción, falta de atención, embeleso; y en otra de sus acepciones significa estado mental, temporal o permanente, de quien no es responsable de sus actos. La realidad es una cosa y nuestra representación de la realidad otra. La identidad entre una y otra dependerá de cuan atento y consciente se encuentre el receptor quien percibe esa realidad. El mundo artificial que la técnica inventada por el hombre ha creado en nuestro contorno inmediato exige un esfuerzo del receptor atento y consciente, por formarse una representación de la realidad más cercana al mundo real. La falta de atención y embeleso en el mundo técnico y artificial que nos rodea, nos puede enajenar de la realidad primigenia.

A partir de la sexta década del siglo pasado – un segundo en la historia del mundo y un minuto en la historia del hombre – surgió un artilugio que se denominó, la píldora anticonceptiva. El astuto ser humano creo este ardid para hacerlecual torero, una verónica a la naturaleza; en particular a una de las circunstancias más poderosas de la naturaleza: el sexo. La mujer entonces tuvo la posibilidad de administrar su sexualidad de una forma que la eximía de las obligaciones de la maternidad cuando ella no se encontrase dispuesta a asumir dicha obligación. Se niveló sexualmente al hombre. La píldora anticonceptiva creo yo - y muchos analistas conmigo - es el invento humano más importante desde la rueda.

En la sociedad pre píldora anticonceptiva, la obligación familiar de la mujer era mucho más severa que la del hombre. El hombre tenía la posibilidad de eludir solapadamente sus obligaciones sin consecuencias adversas tan inmediatas y graves como las que resultaban del incumplimiento de la mujer. La mujer incumplidora era una infanticida. El hombre incumplidor un descastado que condenaba a la pobreza a la familia. Podríamos entonces imaginar que en la sociedad post píldora anticonceptiva la mujer sería liberada de esa desigualdad. Pero paradojalmente aquello no sucedió.

Lo que señalo son conjeturas derivadas de observaciones triviales. Es muy difícil que un estudio sociológico sometido al rigor metodológico se materialice en un tan vasto universo de realidad. Dicho eso, constato que la mujer post píldora asumió el rol del hombre -proveedora del hogar- pero siguió pariendo y en consecuencia asumiendo su tarea ancestral de madre. Conjeturo que la píldora anticonceptiva no liberó a la mujer de obligaciones familiares. Al que liberó de facto fue al hombre permitiéndole una mayor libertad sexual derivada del cambio de las costumbres sexuales de la sociedad permitidas por la píldora.

Es ésta a mi juicio la circunstancia presente que condiciona un estado de disconformidad de muchas mujeres. Malestar que recogen de manera enajenada ciertas doctrinas bautizadas como feminismo radical. Padecen estas ideologías una total distracción y falta de atención, respecto a las reales circunstancias que condicionan este estado de malestar presente. Hablan de liberación femenina especialmente en el ámbito sexual. Aquello es un absurdo sin sentido. La liberación sexual femenina se produjo o se viene produciendo desde el año 1960. Hay naciones del planeta donde esa liberación ya está de vuelta como Suecia donde mujeres jóvenes practican y administran su castidad sexual como un valor que no tuvieron sus madres.

A mi juicio la demanda de las mujeres disconformes clama implícitamente por más familia nuclear. A mi juicio la demanda lógica es por menos liberación sexual masculina y más obligación familiar masculina. Lo que ha fallado luego de la píldora – y quizá antes también- no es la falta de derechos, sino la falta de deberes.

El mundo moderno y sus facilidades genera la posibilidad de sobrevivencia de la mujer sola y su maternidad ancestral. Pero aquello no es una circunstancia liberadora para la mujer; por el contrario. La familia nuclear es la circunstancia liberadora. En otras palabras, quien ha profitado del invento de la píldora anticonceptiva ha sido el hombre. La verdadera emancipación femenina se producirá cuando ese artilugio ceda en su beneficio y que la liberación sexual, que se produjo hace largas décadas se transforme en una liberación de sus potencias de conciencia humana, si es que el inmediatismo de sus obligaciones familiares las haya limitado en alguna medida.

El feminismo radical es otra especie más de un género muy en boga en el mundo contemporáneo: el victimismo. Con esta falacia se pretende gobernar las voluntades de masas humanas sin carácter y enajenadas en el segundo sentido de la palabra: estado mental, temporal o permanente, de quien no es responsable de sus actos.

Marzo 11 de 2021

 

 

 

 

miércoles, 10 de marzo de 2021

EL MIEDO COMO MEDIO DE ACCION POLITICA

 

Es duro vivir con miedo ¿verdad?; En eso consiste ser esclavo.

El replicante; en la última escena de Blade Runner

 

La acción política es el esfuerzo que hacen algunos por inducir la conducta de todos. La ciencia política académica, nos enseña que lo que caracteriza a la política y su identidad de otro fenómeno social emparentado - la guerra - son los medios que el político utiliza para inducir esa conducta en los demás. Teóricamente el político busca la conquista de las voluntades de los gobernados por medio de la persuasión racional. El líder guerrero en cambio busca la supresión de la voluntad de lucha del enemigo y para ello usará la fuerza hasta que esa voluntad desaparezca por la aniquilación física o por la sumisión.

Pero como siempre sucede, las ciencias académicas van por un carril y la realidad se desplaza sinuosamente conforme a los infinitos pormenores que la condicionan, sobre todo en el caso de las ciencias sociales, donde la voluntad humana es una especie de caja de pandora que nunca deja de sorprendernos.

En efecto, la frontera entre la guerra y la política es una tierra de nadie que abarca un enorme territorio. Restringir la praxis política a la persuasión racional supone un respeto irrestricto al valor ético de la libertad humana. Imperativo ético que los políticos muy a menudo no respetan. Entonces aparecen medios oblicuos o grises, que no alcanzan a calificarse como fuerza, pero que no apuntan a la persuasión racional de las voluntades. En ese lugar se encuentra el miedo.

El miedo es una emoción que provoca angustia por un riesgo real o imaginario. Los órdenes jurídicos modernos, estiman que puede ser un factor que suprime y anula la voluntad libre, eximiendo de responsabilidad penal a quien comete un crimen dominado por un miedo insuperable.

La existencia humana convive con la precariedad que supone el desconocimiento del futuro. Buscamos racionalmente darnos certezas que ese futuro no nos dañará o anulará, pero no conseguimos suprimir esa condición. Esta precariedad cuando no es administrada por la conciencia del hombre libre, desemboca en la perversa emoción del miedo. El heroísmo consiste en la administración personal del miedo para el logro de bienes mayores. Los héroes son aquellos seres humanos o míticos excepcionales que encaran la existencia y vencen el miedo en la búsqueda de un bien mayor para si o para los demás.

En el género del miedo distinguimos dos especies: Hay un miedo trascendental y un miedo existencial. El miedo trascendental es el temor a la muerte y el consiguiente misterio de nuestra existencia tras de ella. Ni los más poderosos lo logran eludir[1]; tampoco los cultores de la más acendrada fe en las bondades del mundo de ultratumba dejan de temer a la muerte. El miedo existencial es aquel temor a las circunstancias dañinas de la existencia, desde las más sutiles como hacer el ridículo frente a los demás, a las más intensas como la soledad total, el hambre, el dolor físico y moral, la privación de la libertad etc.

La modernidad ha traído a nuestras vidas sin nuestro consentimiento y a menudo sin tener conciencia de ello, una circunstancia que resulta deshumanizadora: La ilusión -disfrazada de certeza- de que la existencia humana no es precaria, y que tenemos el derecho a las certezas y seguridades respecto de nuestra existencia. Es aquella pretensión de certezas una vana ilusión, y fuente de conflictos interminables en nuestra relación con nosotros mismos y con nuestros prójimos. Vivimos en una neurosis permanente respecto de dos convicciones que atenazan nuestra existencia. Una real, empírica y fáctica; la precariedad de la existencia. Otra ilusoria, vana pero no menos potente amparada en la seudo naturaleza artificial que la técnica moderna ha creado a nuestro rededor: la ilusión de la seguridad total. Estas dos realidades discurren en planos diversos. La precariedad es ontológicamente humana, se encuentra instalada en el plano del ser; la seguridad total es ética, es un ideal, un deseo; se encuentra instalada en el plano del deber ser. La primera es una realidad descriptiva; la segunda prescriptiva. Pero en la conciencia del hombre moderno esto se ha fusionado generando en las masas[2] una suerte de neurosis permanente. El hombre moderno ha extraviado la frontera entre el plano de lo que es el mundo y respecto de lo que debe ser el mundo. Las ciencias sociales se hacen eco de esta confusión creando paradigmas para entender el mundo que extravían la existencia humana en vez de orientarla.

Las expectativas de seguridad y certeza para las masas humanas pasan a ser, en esta confusa perspectiva, un bien que alguien les arrebató y que otros le deben devolver. En esta circunstancia la vida pierde esa condición humana radical: la responsabilidad de sus propios actos. Por cuanto la existencia humana -cualquier antropología desprejuiciada así nos lo enseña- es el fruto de la acción de cada uno para labrársela, la conciencia de ello es la condición de posibilidad de la libertad y llevar a la práctica aquello es radicalmente liberador.

Así las cosas, la reacción a esta confusión neurótica entre la precariedad del mundo y el supuesto derecho a la certeza, es un permanente estado de frustración. Entonces, la pasividad e impotencia para encarar esa tarea personal de derrotar la precariedad personal, desemboca en el miedo. La condición de posibilidad de resolver un problema matemático es formularlo. En la siquis humana sucede lo mismo. Al estar mal formulado el problema de la existencia individual este no tiene solución. Así aflora la frustración y la violencia. La crisis del matrimonio y la familia en el mundo contemporáneo es uno de tantos ejemplos de esta realidad.

En este contexto, siendo el miedo una emoción omnipresente en las masas, la praxis política contemporánea utiliza ese miedo para inducir voluntades que no puede persuadir racionalmente o que resulta demasiado costoso hacerlo. Los totalitarismos modernos que se desplegaron en el siglo XX apuntaron a provocar el miedo sin filtros, de manera burocrática y sistemática. El testimonio de Solyentzin desnuda la perversión del comunismo en esta materia. El régimen nazi por su parte, sofisticó al extremo las técnicas del envilecimiento[3] humano.

Reconociendo la macabra experiencia de los totalitarismos del siglo pasado, los ordenamientos jurídicos civilizados, han penalizado el terrorismo. Pero es ese un concepto de fronteras muy difusas y la tipificación de las conductas terroristas es objeto de ardientes polémicas.

Superados los totalitarismos pretéritos, la pretensión de generar un orden totalizador subsiste, justificado en la complejidad que un mundo de siete mil quinientos millones de habitantes impone. Los poderosos hacen uso de un juego sucio por partida doble: se promueve a macha martillo una visión del mundo ilustrada por las doctrinas de la irresponsabilidad personal donde alguien debe solucionarme los problemas de mi vida[4]; y una vez inducida esta precariedad sicológica en las masas, el poder induce y hace un uso sistemático del miedo en sus diversas gradaciones, para ordenar la conducta de los gobernados. Y eso tiene una razón bastante trivial y reprochable: Es más fácil gobernar una población de bovinos que una población de hombres libres.

Chile y el mundo occidental en general está dominado por dos acontecimientos políticos que marcarán a mi juicio negativamente el futuro, no tanto por los objetivos perseguidos como por el medio que se ha utilizado para inducir las conductas de tirios y troyanos. Me refiero a la supuesta pandemia y al pretendido reemplazo de los órdenes jurídicos y sociales promovidos por el globalismo de la burocracia internacional, que en el caso de Chile ha promovido el mal llamado Estallido Social.

Invito al lector a reflexionar sobre estos fenómenos a la luz de la realidad descrita desde esta perspectiva. Reconozco que ambos fenómenos tienen un relato aparentemente plausible pero ese relato no es condición necesaria ni suficiente para justificar la sumisión de la población a los hechos consumados por los poderosos. Es más, en ambos fenómenos la manifiesta imposibilidad de persuadir racionalmente a la población para que adopten las conductas que sus gestores desean, ha gatillado el abuso de este medio moralmente ilícito para generar sumisión.

Marzo 10 de 2021



[1] El ultra poderoso Qin Shi Huang, Emperador de China, buscó por todos los medios el elixir de la inmortalidad e hizo construir una ciudad de ultratumba flanqueada por los famosos soldados de terracota.

[2] Me refiero a masas para referirme al hombre masa según la descripción que hace José Ortega y Gasset en su obra La Rebelión de las Masas. El hombre masa es el que no desea por si mismo sino por la inducción que terceros hacen sobre él.

[3] Nombre que le asigna el filósofo francés Gabriel Marcel para denominar aquellas técnicas que buscan despojar a las víctimas incluso del respeto y el control de sí mismas

[4] Las universidades y medios de comunicación son hoy día mecanismos de adoctrinamiento para la precarización sicológica de las masas