martes, 11 de octubre de 2022

EL RESENTIMIENTO; LA PILA ATÓMICA DE LA IZQUIERDA

 

La ciencia batalla sin cesar, pero sin éxito aun, por encontrar la fuente inagotable de la energía a través de la fusión nuclear. Se pretende crear un artefacto que se denomina la pila atómica que sería como un sol en miniatura de energía inacabable, que no produce residuos lesivos a la salud humana.

El resentimiento es el manantial de la izquierda política; aquella fuente inagotable de energía que alimenta la polémica y la odiosidad, a través de la cual -según el discurso de izquierda- los desvalidos serán salvos y redimidos y los potentes y talentosos serán castigados y sancionados. Al contrario de la ansiada energía atómica limpia, es esta una energía sucia que emponzoña la convivencia humana.

La ideología de género es una creación del marxismo tardío que pretende extender las fuentes de conflicto dialéctico a los planos sexuales e incluso transexuales. Según esta ideología, ser transexual sería entonces un capitus deminutio o condición disminuida del género humano, y los que somos varones o mujeres habríamos oficiado de victimarios de las víctimas que ostentan esa condición. La sociedad compuesta por varones y mujeres que ejercitan su sexualidad según dicta la biología, habríamos sojuzgado a dichas víctimas. El relato como se ve es bastante alambicado y carece desde luego de correlato empírico, pero para eso basta con repetir como mantra, esta verdadera monstruosidad lógica, para que ella adquiera en el mundo de la post verdad, total validez.

Hay una diputada de izquierda que dice ser trans. Dentro de la nomenclatura de la ideología de género eso quiere decir que, siendo varón de nacimiento, se percibe como mujer y usa un nombre de mujer. Es una condición que ha acompañado a muchas personas desde tiempos inmemoriales. Un accidente biológico o sicológico según sea el caso o la perspectiva de análisis, que ahora -solo ahora- es esgrimida como una bandería política de izquierda. Podría ser una bandería de derecha liberal pues la condición sexual a la pinta de cada cual, se esgrime como un ideal liberal por parte de quienes argumentan el derecho a la individualidad y a la autoidentidad sin límites. Pero es de izquierda y eso tiene sus consecuencias que pasaremos a explicar.

Federico Nietzsche en su célebre obra Genealogía de la Moral apunta sus dardos contra el resentimiento humano. Señala que la apetencia de expulsar de la conciencia la propia debilidad induce esta pútrida emoción, que siempre ha existido. Con su dialéctica directa y sin matices expresa: Yo sufro. Alguien debe ser culpable de ello: Así piensa toda oveja enfermiza. Al final de su obra señala Nietzsche proféticamente: El resentimiento; donde mejor florece esta planta, es entre anarquistas y antisemitas. Recuérdese que cuando escribió aquello el comunismo no existía de modo que decir anarquismo engloba a todos los revolucionarios de izquierda. Y su referencia al antisemitismo es el categórico mentís de quienes vinculan al bigotudo genio, con el nacional socialismo, que condujo al pueblo más culto de Europa al resentimiento más abyecto y al nihilismo del cual aún no se recupera.

Pero las intuiciones de Nietzsche no terminan con sus pronósticos trágicamente certeros para el siglo XX. Hay otro pronóstico que se está manifestando ahora, en nuestro siglo XXI. Señala Federico; ¿Cuál es el peor daño que puede causar el resentimiento? No es el fracaso de los resentidos. Desde la noche de los tiempos existen resentidos y siempre los habrá.

El gran peligro está en que los talentosos y potentes; aquellos que enfrentan las dificultades y las superan, aquellos que sus desgracias solo sirven para superarse a ellos mismos, y vencer a esas circunstancias, se crean el discurso de los resentidos. Crean que su condición de potentes, coherentes, bellos, inteligentes; son la causa de la impotencia, flaqueza y fracaso de los débiles.

Ese es la realidad de la derecha parlamentaria actual. Representan, o deberían representar, al sector de la población que se vale por sí mismos, que afronta y enfrenta las dificultades de la vida diaria y las vence, a los varones, mujeres, homosexuales, transexuales, ciegos, sordos o que tengan cualquier condición de adversidad en el mundo, que se superan cotidianamente y están satisfechos consigo mismos por hacerlo. La derecha, que debería representar a esos ganadores, le hace creer y sentir a esos ganadores que son la causa de la desdicha de los perdedores del mundo.

Un diputado de derecha que no se caracteriza por su prudencia y templanza, expresa dos verdades respecto de esa colega diputada transexual en una discusión parlamentaria respecto a derechos previsionales de las mujeres – no puede menstruar como mujer ni puede embarazarse – previo que la diputada transexual negara mérito a sus opiniones por su condición de varón.

Se desencadena entonces la mise en scene del resentimiento victimista. El diputado habría vejado a la diputada transexual. Esta sería una víctima de una nueva vejación después de todas las que nosotros los comunes mortales le habríamos infringido. Y todo un largo etcétera de conductas de una izquierda que incluyen un grotesco proyecto de ley para hacer cesar en el cargo al diputado supuestamente tránsfobo.

¿Y cual es la conducta de la derecha? Cede y concede al discurso victimista y resentido de la izquierda.

Tres recomendaciones:

Gonzalo: No ceda a la ira. Recuerde que tiene resentidos y seudo víctimas en el otro lado del hemiciclo. Resentidos y víctimas por propia decisión y no por culpa suya ni de sus partidarios. Cultive la virtud de la prudencia. No de combustible para que la izquierda nos siga intoxicando con su odio.

Parlamentarios de derecha que ceden y conceden a las iniciativas de la izquierda incluido esta delirante puesta en escena: fortaleza y prudencia. Honren a quienes representan y no a quienes no representan. No sean pusilánimes de asustarse por el estrépito de la izquierda. Los resentidos jamás los votarán a ustedes.

Parlamentarios de izquierda: El resentimiento es y será una potencia para reclutar prosélitos para ustedes. Lo es desde Caín. Pero el victimismo, es un discurso demasiado ridículo. Recuerden que el país del roto chileno despertó en la última elección. Pronto se darán cuenta que al victimismo no le quedan fondos contra los que girar y seguir sembrando la discordia a los resentidos.

Octubre 2022

2 comentarios:

  1. El concepto central en la "Genealogía de la moral" no es el resentimiento, sino la "mala conciencia", que operó la transvaloración de todos los valores, y que en este caso también actúa, pues una cosa es reprochar el uso como arma arrojadiza "ad hominem/feminam" de verdades biológicas y otra aceptar los alucinatorios postulados de la "ideología de género". Concedamos que uno puede inventar en materia de género, pero con la Biología hemos topado, Sancho, porque solo hay dos sexos y sus evidentes diferencias no se restringen al dimorfirsmo sexual, sino que involucran al sistema endocrino, como toda persona que haya pasado por el colegio sabe. Los dogmas no se combaten con evidencia empírica (ni mala leche), de modo que el diputado en cuestión se hizo un flaco favor al atacar a esa persona, aun cuando el fundamento sea verdadero, porque dio pábulo a la autovictimización de ella y sus corifeos. La mala conciencia llevó a que nadie medianamente inteligente y razonable, osara -más allá de condenar el ataque personal- mencionar al elefante en la pieza: faltan convicciones y coraje para hacerlo.

    Muy bueno tu artículo, Pablo.

    ResponderEliminar