El vocero de la bancada del
partido republicano en la convención Luis Silva, con su rostro afectadamente atribulado
( según él a causa de las jornadas maratónicas de los convencionales), ha hablado
en un punto de prensa, expresando que su bancada generosamente retira
cuatro enmiendas – muy queridas por él - a la propuesta de los expertos,
nada menos que aquellas que aseguraban el derecho a la vida del que está por
nacer, el que la constitución sea una constitución y no una ley ordinaria al
albur de mayorías ocasionales, y aquella que endosa la soberanía nacional a
tratados internacionales que primarían sobre la voluntad soberana de la
república. Tamaña generosidad, según él, sería para apurar el proceso que se
estancaría en la discusión de tales nimiedades. (¡¿?!)
Obviamente lo anterior fue
efusivamente saludado por el mainstream progresista, como la demostración de madurez
democrática de republicanos, claro que, para aprobar el examen, deben esforzarse
más aun y conceder todo lo que ya ha concedido chilevamos. De seguir el buen
comportamiento, se les revocará el mote de extremistas. Ahora el Partido
Republicano es de los nuestros. ¿Y cuál será el resultado? De triunfar
la opción apruebo, la revolución progresista seguirá oronda su curso.
La claudicación expresada por
Silva, es inmoral, ridícula, incoherente, mentirosa y torpe.
Es inmoral porque viola los
principios que ese partido dijo tener y que están en su declaración de
principios. Inmoral porque violenta la voluntad de quienes se afiliaron a ese
partido y los eligieron para que los representaran en la convención constitucional.
Tan inmoral como la afirmación de Silva – numerario consagrado del Opus Dei - de
que eliminando la enmienda que aseguraba la vida del ser humano que está en el
vientre materno, se disipa la (funesta) idea que el Republicanos desea derogar la
ley que legaliza el aborto en tres causales. ¡Pero, si esa es la voluntad
explícita de su partido consagrada en su declaración de principios, y de la
religión católica a la cual él se consagró de por vida! ¡Pero si es su
obligación propiciar su derogación!, porque, si no es su obligación, Silva no
podría pertenecer al partido republicano, y sería infiel a su labor apostólica
como miembro consagrado de la Iglesia Católica. Y aquí no valdría invocar el relativismo
moral hegemónico en nuestra sociedad, porque sucede que él, su partido y su
religión hacen profesión de la existencia de una moral objetiva. ¿o es que yo
me equivoqué de personaje?
Es además esta claudicación, ridícula
en cuanto la razón esgrimida (ahorrar tiempo para tener un texto dentro del
plazo), porque con ese criterio deberían retirar todas las enmiendas todos los partidos,
y someter a plebiscito el texto de los llamados expertos. ¿O cree que, con esta
demostración de generosidad, los comunistas y frenteamplistas retirarán las
enmiendas que replican las normas que se rechazaron en el plebiscito anterior?
Curiosamente retira solo aquellas que la izquierda, que es minoría y no puede
vetar, le molestan. Si fuese una “economía de tiempo”, retire otras, que no fueren
estas, tan queridas, como él las califica.
Es incoherente con todas las
razones esgrimidas durante la campaña y el desarrollo del proceso.
Particularmente aquella que señalaba él mismo, que no le gustaba el proyecto de
los expertos y que prefería entre ambos, la constitución vigente.
Es mentirosa, porque la causa
real del retiro de las enmiendas, no es la “economía de tiempo” sino un
cambullón (acuerdo sórdido y no susceptible de ser mostrado públicamente) de
algo a cambio de algo, entre Republicanos y los demás partidos, a espaldas de
sus electores y del pueblo.
Por último, es una decisión torpe,
porque hasta un niño chico se da cuenta, que, tras esta claudicación, está el
intento de que venza el apruebo en el plebiscito de diciembre, que haya una buena
y nueva constitución que le permita a su líder José Antonio Kast, ganar la
elección presidencial próxima, con los laureles de padre de la nueva
institucionalidad, pero… al costo que sea: propiciar el gobierno global de las
naciones unidas, tolerar el aborto, aprobar una norma constitucional que
permitirá nacionalizar los fondos de pensiones, seguir metiendo a la cárcel a más
y más presos políticos militares, y todo absolutamente todo lo que el enemigo
político quiera. Y … resulta que no lo logrará. ¿Por qué no lo logrará? Porque
así no se hace la política. Porque la política la hacen los ganadores. No los
que arrancan. Tal como en el rodeo, el campeón es el caballo que persigue al
novillo y lo ataja. ¿O ustedes han visto alguna vez que el novillo que arranca sea
el campeón? A lo más castigan al jinete con puntos malos, pero nunca nadie
aplaude al novillo. El Partido Republicano es el novillo; la collera es la
izquierda y el globalismo.
¿Por qué los partidos políticos
de derecha, traicionando los valores que decían sostener y respetar, siempre
ceden a la izquierda revolucionaria? ¿Por qué se autoconvencen de que así podrían
ganar el poder, cuando eso histórica, empírica y objetivamente jamás sucede de
esa manera? ¿Cómo es que no ven, que los machos alfa de la manada – la izquierda
sin ningún género de dudas- son los que siempre terminan imponiendo sus
principios y objetivos?
Cuando secuestran a una persona
de cualquier sexo, las técnicas conductistas usadas por los secuestradores,
buscan quebrarles la confianza en sí mismos. De tal forma el secuestrado, pierde
su personalidad, su identidad y su señorío. Cuando los secuestradores tienen
éxito, desaparece en el secuestrado todo rasgo de humanidad y queda solo un
cuerpo animalizado. De ahí que con bastante frecuencia sucede una conducta que
la psicología ha llamado síndrome de Estocolmo, porque la primera víctima
en que se identificó, fue en un secuestro en esa ciudad. ¿Y, en qué consiste el
Síndrome de Estocolmo? En que, para el secuestrado, la persona de mayor
confianza es el secuestrador de quien es capaz incluso enamorarse. Y así ha
sucedido con mujeres secuestradas, que llegan a mantener relaciones sexuales
consentidas con los secuestradores y sentirse protegidas por ellos.
¿En qué se parece la política a
este fenómeno? Veamos:
Supongamos que la derecha,
es aquel sector político que cree en la trascendencia del ser humano, y, siendo
criatura a imagen y semejanza de Dios, tiene una vocación sempiterna de
libertad para perseguir su ideal del bien, de la belleza y de la verdad; que
siendo el ser humano hijo de mujer, la comunidad básica de la sociedad es la
familia; y que, para amparar esa libertad y esa familia, el derecho de
propiedad debe existir y ser inalienable y trasmisible a su descendencia. Que
el mundo natural está, como señala el génesis, para poseerlo y dominarlo y tenemos
una jerarquía existencial superior a los otros seres del mundo.
Pero sucede que vivimos en un
mundo en que esos valores de lo que suponemos identifica a la derecha, están
secuestrados y privados de expresarse. En efecto, se encuentran todos en
cuestión, y peor aún, todos se encuentran amagados por una cultura hegemónica
que los odia y desea destruirlos. La prensa, el cine, la publicidad comercial,
las ideologías, la academia, los controladores de las redes sociales, conducen
a la humanidad a su perdición y destrucción, por aplastar esos valores en los
que se supone, cree la derecha. Apenas se esgrimen, sus defensores son tildados
de extremistas, fascistas y otros epítetos al uso.
Las virtudes políticas por
excelencia son la justicia, la prudencia y la fortaleza. El justo se manifiesta
en que su quehacer público se orienta exclusivamente al fin de la política,
esto es, el bien común general. El político que busca el poder para sí, el
cargo o una sinecura como un fin, y no el bien común, es un político corrupto. Además
de ser justo, el político debe ser prudente, esto es ponderar la circunstancia
que lo rodea con inteligencia activa para decidir conforme a las consecuencias
que tendrá su decisión. Además, teniendo como fin el bien común, haciendo una
lectura de la circunstancia, requiere tener la voluntad de acometer y resistir
en la misión política en que se ha embarcado.
¿Qué sucede cuando carece de
justicia y/o de prudencia y/o fortaleza? Pues que será víctima de un secuestro sicológico
por parte de la ideología hegemónica, de la repetición constante de falsedades
que hoy fungen de verdades. En castellano más vulgar, cuando es corrupto y/o
tonto y/o cobarde, es presa del flautismo de Hamelin del ambiente. Lo que dice
el meinstream, es lo que se lleva y lo que hay que opinar. No se sale de ahí,
sea porque su fin es conquistar una sinecura, sea porque no tiene luces para
entender la circunstancia que le rodea, sea porque es cobarde o débil para
enfrentar y acometer las dificultades del camino.
¿Cómo se defiende psicológicamente
el que está secuestrado ideológicamente por un enemigo o contendor poderoso, cuyos
fines son contrapuestos a los suyos, y dispone de la hegemonía de la prensa y
el poder mediático de manejar la agenda, y no tiene una o ninguna de
estas tres virtudes? Pues se amista con el secuestrador, trata de hablar en su
idioma, con sus valores, trata de que le quiera, que no le insulte, que le
considere, que le pondere.
Andréi Sakarov, físico disidente
en la Unión Soviética, cuenta que estuvo sometido varios días al interrogatorio
de la policía política comunista. Como era inteligente adoptó una estrategia bloqueadora:
siempre contestaba lo mismo: no contesto a esa pregunta. Cuatro o cinco
días contestando a decenas de miles de preguntas que pretendían comprometerle,
y su respuesta siempre: no contesto a esa pregunta. Aquello demandaba
una gigantesca fortaleza. Sin dialogar, sin transar, sin someterse a las reglas
del juego de sus secuestradores, venció. Fue rescatado por occidente no por ser
simplemente anticomunista, sino porque, sosteniendo esa convicción, no claudicó.
Ahí está la clave: no claudicar.
Si es verdad lo que dice Luis
Silva, el Partido Republicano claudicó y como tal estará condenado a ser el
novillo perseguido por la collera de la izquierda y del globalismo, y en el mejor
de los casos, con fintas evitar que le atajen, pero siempre huyendo.
Pero así no se hace la política,
que pretende conducir una nación libre y soberana como lo es Chile. Para ser
digno de gobernar a esta gente gallarda soberbia y belicosa, al decir de
Ercilla, se requiere estar montado en el potro y atajar virilmente al novillo.
Solo así se conquista el Champion.
septiembre de 2023
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