Soy de una especie del género homo
erectus, que aspira a prever la realidad contingente a través de la reflexión
racional. Desde niño he sido refractario a reflexionar en términos místicos. Me
refiero a reflexiones místicas, aquella forma de pensar que busca la causalidad
de las cosas en la Providencia Divina, o en fuerzas diabólicas que nos conducen
en un sentido o en otro.
Hay un episodio más o menos desconocido
de la historia de la independencia de América, que puede compararse con nuestra
contingencia. En septiembre de 1812 las fuerzas realistas avanzaban desde Alto
Perú, rumbo a San Miguel de Tucumán, en el noroeste de lo que hoy es la República
Argentina, con un macizo ejército profesional, conformado por guerreros
veteranos, bien armados y apertrechados, con la misión de aplastar a la
rebelión independentista. Manuel Belgrano lideraba al grupo de patriotas conformado
fundamentalmente por gauchos. Hombres de la tierra que se habían plegado a la facción
patriota, en reacción a los expolios y abusos a que eran sometidos por el orden
colonial de los borbones. La Junta que gobernaba Buenos Aires, comprende que la
resistencia sería suicida y ordena a Belgrano que se replegara hacia Buenos
Aires. Belgrano, que era un abogado, con pocos conocimientos y experiencia
militar, recibe la orden con alivio. Advertidos los líderes gauchos de las
intenciones de Belgrano, de forma vehemente le enrostran al líder que ellos
tienen sus bienes, haciendas y familias conformada por mujeres niños y ancianos
en Tucumán. Para ellos era imposible replegarse sin causar la ruina de todos los
esfuerzos de sus vidas. Le advierten que habían depositado en él su confianza y
ahora se sienten traicionados. Belgrano se conmueve. Más por nobleza que por
una decisión racional, acepta la exhortación de los gauchos y decide liderar la
resistencia, sin medios ni conocimientos militares. El 24 de septiembre son
atacados por el ejército realista y todo presagiaba una derrota cuando… una
nube de langostas invade el campo de batalla. Los insectos eran habituales en
Tucumán, y los gauchos estaban acostumbrados a soportarlos. Lo extraño era que
en setiembre era imprevisible aquel fenómeno. Los que no estaban acostumbrados
a ellos eran los soldados realistas que se distraen asqueados, poque los bichos
se les metan por las ropas, sus ojos y bocas. El gauchaje contrataca, conquista
los polvorines realistas, hace explotar uno de ellos, se apertrecha de armas
del otro y … sucede lo impensable: los realistas se repliegan en desbandada y
son aniquilados por los patriotas. Belgrano al día siguiente vitoreado por el
gauchaje, hace traer en andas una imagen de la Virgen de Lujan y deposita en las
manos de la imagen, su espada de mando, señalándoles a sus subordinados que el
mérito de la victoria no se debe a él, sino a la verdadera generala que sostiene
su espada. Esta victoria cimentó la independencia de Argentina, e hizo posible la
reconquista de nuestra patria por San Martín y O’Higgins. Derrotado Belgrano,
la independencia de Chile y Argentina no había sido racionalmente posible.
El resultado electoral del
domingo 7 de mayo, tiene algo de místico, porque racionalmente era imprevisible.
Personalmente estimé, en base a mi reflexión racional, que la decisión del
partido republicano de participar en esa contienda era el error más grande que
podrían haber cometido. Mi pronóstico racional indicaba que terminarían siendo
el vagón de cola de la derecha cobarde y claudicante, y se consolidaría la
conspiración de la élite revolucionaria, hábilmente urdida para cambiar y aniquilar
nuestra patria, tal como la construyeron nuestros antepasados. El partido
republicano terminaría así formando parte de esa derecha ocupada y preocupada exclusivamente
del bienestar económico a costa de la libertad, que venía demoliendo por
omisión el alma de Chile, y entregándosela a aventureros revolucionarios sin
horizontes. Se consolidaría así, a través de un texto constitucional espurio,
la sumisión soberana de Chile al proyecto globalista progresista supresor de la
libertad personal.
Ilustrada por la prospectiva, ciencia
que se dedica a las causas técnicas, científicas, económicas y sociales para
prever el futuro, la Junta de Buenos Aires pensó que Belgrano había enloquecido.
Como yo, tirios y troyanos previeron lo mismo respecto al Partido Republicano. La
urdiembre de causas racionales y fuerzas vectoriales implicadas, todo hacía
prever que los revolucionarios se saldrían con la suya.
No digo que la aventura revolucionaria
liberticida haya llegado a su fin. Pero se encuentra herida de muerte.
Cualquier texto constitucional que comprometa los valores del derecho a la vida,
a la propiedad, a la soberanía de Chile y de su integridad territorial y la
igualdad ante la ley; será masivamente rechazada en diciembre. Cualquier
intento racista de clasificar y atomizar a los chilenos por orígenes raciales, serán
rechazados. Todo proyecto jurídico abortista, sexista, racista y socialista,
serán rechazados.
Todas las pretensiones de
disponer de una nación probeta, del comité de “expertos”, burócratas del
sistema de naciones unidas, multi billonarios de Davos, con sus espadas flamígeras
de los medios de adoctrinamiento masivos, tales como netflix, diarios,
revistas, canales de televisión cooptados, de nada servirán. Chile ha
despertado de su largo letargo.
Chile seguirá siendo soberano. A
pesar de las claudicaciones y cobardías de sus líderes, seguirá siendo libre,
los hombres hombres, las mujeres mujeres, los niños educados por sus padres, inocentes
y no depravados por una máquina infernal estatal, la vida del que está por
nacer respetada y reprimidos sus homicidas, la propiedad entendida como el
esfuerzo acumulado de cada chileno, respetada y promovida.
¿Cómo no creer en causas místicas
de lo anterior? ¿Será acaso el Cristo de Mayo cuya fiesta se celebra el próximo
13? ¿Será la Virgen del Carmen? Belgrano tiene la razón. La espada del mando no
es digna de manos humanas.
mayo de 2023
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